Ganó Donald Trump, sí, ganó. La tricotomía.


Ganó Donald Trump, sí, ganó: eeeeeeeeeh Muuuuuuroooooo!!!! Pendejos.

Si alguien no le da importancia a este hecho histórico, ha de ser fiel a la conductora politóloga de programa de revista matutino, al creer que por estar del otro lado del muro, no nos afecta.

A diferencia de la sofista o imbécil creencia, de la visionaria decisión de EPN/Videgaray al invitar al excandidato a la presidencia de los EEUU, el Tío Trump, pronosticando su triunfo electoral; prensa inter y nacional, entre otros tantos parlanchines como su servidor, también pronosticamos, pero no sobre el triunfo de Trump, sino de la pena que pagarían ese par de imbéciles al rescatar la decaída campaña por la que atravesaba el magnate.

La campaña del multimillonario estaba en su peor momento hasta esas fechas, que la diferencia de puntos en las encuestas llegó a diez, provocando un pecado de confianza en la excandidata cornuda Hillary Clinton, al momento de subestimar su invitación a nuestro país.


El circo generado por la visita del empresario en suma del remate al día siguiente en Arizona, al burlarse y aprovecharse de lo ocurrido en México, recuperó de inmediato su popularidad, de tal manera que ni toda la cola ni gallitos que le sacaron, lograron contrarrestarlo, ni su misoginia, abusos sexuales, evasor de impuestos, nada logró contener esa resurrección. El equipo de Hilary no supo calcular, el de México menos, que al contrario de favorecer el “despido” de Videgaray, fue plusvalía para la campaña del hoy presidente electo. Más culero, Videgaray sigue en los Pinos, con menos reflectores, sueldo, e idéntico poder, si no es que más.

Sí, EPN/Videgaray no pronosticaron, catapultaron, revivieron al moribundo Trump. Parecerá romance, protagonismo de mi parte quizá, pero sí me siento humillado, ultrajado, sucio, por tener a este par de imbéciles en el supremo Poder Ejecutivo, deseo, no en lo más profundo, pero sí hondo que sean borrados sus nombres de la Historia, y de paso su maldita semilla. Es una blasfemia, una ignominia que “personas” como esas tengan que ser conocidas por sus hijos en un libro de Historia. Si a ustedes no les avergüenza, o no les importa… me ahorraré, no los insultos a su persona, la maldición que les deseo.

Trump es un punto de inflexión, una singularidad en la Historia Contemporánea, inesperada por todo politólogo, historiador, científico social, u oráculo supersticioso. Nadie, nadie imaginó que un personaje como él llegar al poder del mundo, nadie. Ni Nostradamus, ni Matt Groening, ni el Club Bildelberg, ni el Apocalipsis, ni los premios Nobel de Economía, nadie imaginó que esto remotamente llegara a suceder, ni Milton Friedman, un presidente privatizado, jaaa. La profecías, los paradigmas, como los pronósticos, podrían imaginar y plantearse un presidente negro, y ya ocurrió; igualmente una mujer presidente, como Hillary; pero no un Trump.            
En la tricotomía que se avecina con la presidencia del Mr. Donald, sería un tanto ingenuo predecir el futuro de EEUU y del mundo, sabiendo lo inesperado que fue por todos su triunfo. Más bien es apostar en suma de trabajar para ganar la apuesta.

Es interesante saber que hubo un abstencionismo de casi el 50% del padrón electoral, y que la diferencia de votos fue menos de medio millón. Esta polarización significa que la democracia patéticamente volvió a perder. De 200 millones de potenciales votantes, 140 millones no querían a Trump. 100 que se abstuvieron de participar, y 60 que votaron por la cornuda. Así como ocurrió con Peña en México, es increíble que ganen cuando la mayoría no los quieren. La Democracia La Burocracia ha hablado.

Es interesante saber que normalmente ningún candidato cumple fielmente sus promesas de campaña por diversas variables, pero “todos” sabemos, y más los críticos, que son artimañas en la que nos hacemos tarugos, para beneficiar al menos feo y de las despensas más grandes. Pero Mr. Donald convenció a prácticamente todos los interesados, sembrando esperanza en unos, y terror en otros. Todavía sabiendo que no es un absolutista ni puede serlo, por mucho que digan que los republicanos dominan las cámaras, la mayoría de ellos se deslindaron de él, obviamente los demócratas no lo consideran solo oposición sino peligro nacional. Peor, el establishment tampoco lo aprecia, y lo desprecia el 75% de los ciudadanos gringos. Bueno, súmenle los inmigrantes chinitos, musulmanes, mexicanos, legales e ilegales, Y las opiniones de prensa internacional que ven un apocalipsis. La situación en la que se encuentra es infernal, Peña está en la gloria.
Prueba de esto es su comportamiento en los Pinos, ante Obama en la Casa Blanca, y sus entrevistas posteriores a su triunfo, un tipo que no está en campaña, prudente, medido, sigiloso; como perro que persigue una llanta y cuando la alcanza no sabe qué hacer, recordando al Wason.
A diferencia de los críticos que se cuestionan sobre su nula carrera política, como ciudadano, es un insulto que exista esa referencia, “carrera política”, cuando todos somos parte de ella, queramos o no, es un pecado original como señalaría Aristóteles; somos animales políticos.

“Pero si querías que ganara Trump”, sí, pero no por su bonita cara; inteligentes, humanas, y progresistas propuestas, sino por el cambio, el cambio revolucionario que provocará o que espero provoque. No él en sí mismo, su triunfo. Pues él es un misógino, xenófobo y  homófobo, reconocido y aceptado por todos los que no somos blancos de clase media en EEUU. O sea, está en nuestro “buró de crédito político” por morosidad casi infinita.
En el peor de los casos colapsará la economía de su país, que se llevaría entre las patas principalmente a México. Pero que en términos de crisis, abre la oportunidad del renacimiento económico y político en nuestro país y el mundo en general. Por su puesto que ello implica que sufriremos devaluación, desempleo e inflación extremas, y lloraremos y delinquiremos por eso, pero es necesario en el ciclo económico para la resurrección. En esta situación es casi imposible que provoque la Tercera Guerra Mundial, pues actualmente nadie quiere echarse ese muertito entre los mandatarios mundiales. Pero es muy posible que su des-intervencionismo indirectamente cause guerras locales de costo humanitario muy alto, principalmente en el Lejano Oriente, entre China, Japón y las Coreas, en Europa Oriental, y en África, máxime. Al menos esto obligará que los mercados locales y vecinales tengan más opciones y la disminución del petróleo como fuente de energía. Ah, y hará que California y otros estados se independicen de las trece colonias, pues su economía no requiere de la Federación para sobrevivir. 

En el mediano de los casos, improbable pero posible, que su periodo sea indiferente, que siga la inercia de sus homólogos anteriores: intervencionismo regular, petróleo, privatización de los Estados. Y se dice improbable, pues precisamente es su visión sui generis como empresario multimillonario que lo diferencia de sus anteriores, que al “no deberle” ni depender del establisment, de las grandes familias empresariales, del Club Bildeberg, y hasta de los masones, illuminatis y otras sectas del poder, su percepción empresarial y económica tiene medios, fines e intereses diferentes. Es aquí donde se cree que será asesinado para que esos grupos conspiradores continúen sus malvados planes del nuevo orden mundial.

En el mejor de los casos, su singularidad y atinos nos sorprenderán para bien de todos. También improbable, pero posible; y aquí es en donde al menos uno quiere ubicarse, y para ganar esta apuesta, se exige que trabajemos y movamos todos los engranes, rezarle a San Juditas, voltear a San Antonio, darle 70 vueltas a la Kaabá, pedirle a la Santa Muerte, hacer amarres, hacer un Feng Shui nacional, venderle nuestra alma a Dios, … usar energías alternativas, las 3R, las 5S, promover la economía local, eliminar la homofobia, la xenofobia y la discriminación en general  (si discriminamos a nuestra propia gente, Trump está justificado); exigir resultados a los científicos dándoles más presupuesto, que desarrollen la tecnología mexicana y evite la fuga de cerebros; incrementando el ecoturismo y las reservas nacionales y culturales, en pocas palabras, no siendo una copia malhecha de Trump, mordiéndonos la lengua, escupiendo parriba.
El replanteamiento del TLCAN, reducir su intervención político-económica en América, en Asia y África, de manera estratégica, generará utilidad económica y política mundial. Pues evitaría guerras de oquis, e impulsará los mercados nacionales.

En todos los casos hay un pecado de campaña que no podrá resolver y luchará contra sí mismo hasta el desgaste, que se rendirá de inmediato: la misoginia, xenofobia, y homofobia se multiplicará. Negros, latinos, mexicanos, musulmanes, chinitos, serán blancos de blancos. No podrá moderar esta situación e imposibilitará que se retracte, pues provocaría su deposición inmediata. Dejará que suceda.

Es meritorio su logro, luchar contra el establisment mediante el Cuarto Poder, que se esforzó en devaluarlo por todos los medios posibles, y no lograrlo, es de respetarse; pues cortan cabezas y en muchas ocasiones de manera literal: Hussein, Mubarak, Castro, Chávez, Maduro, Roussef, al Assad, AMLO, Duarte, Benedicto XVI (!!), etc. Y así como el cateto de Fox en México, por sí mismos no tienen ninguna pinche gracia, son monstruos circenses que merecen lapidación solo por vivir; pero sus epítetos de precarias personas, su cualidad infrahumana, es la causa de un cambio radical inevitable.

Insisto, “el mundo a veces no necesita un héroe, lo que necesita es un monstruo”, pues solo un extremista, un tirano, trae consigo la torta bajo el brazo: r-evolución.

Esperando lo mejor, muy buen día, muy buen sexo, y que todo sea para bien.

Pitoniso, W


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