La mejor religión sin dios...

ADVERTENCIA: si no te gusta leer o no estás acostumbrado, salta esta publicación, puedes encontrar algo mucho más simple y divertido en la Web. Son 4 páginas y puede "ser mucho" para quien batalla leyendo y más en una PC. Y no es psicología inversa, es muy directa.



Obviamente no conozco las miles de instituciones en el mundo, pero de todas las que me ha tocado conocer, y más formar parte de ellas, definitivamente la Cruz Roja es la segunda mejor en la que he tenido el encanto de poder servir, ¿serio?

Obviamente resulta natural interrogar, ¿y cuál es según… la mejor? El Consejo Nacional de Fomento Educativo, mejor conocido como el CONAFE. Obviamente mi criterio es subjetivo, y se debe a mi preferencia por la docencia y las secuelas oníricas que me dejó mi labor comunitaria. Si bien corren por mis vasos sanguíneos las aptitudes médicas, científicas, artísticas, sociales y voluntarias, el crisol de todas ellas es la educación. Todo lo que haga o deje de hacer tiene la educación como principio, y es la docencia la plataforma en donde he visto mayor satisfacción personal y en donde me gustaría terminar jubilándome de este mundo. Pero sobre todo que después de terminar mi labor docente en la comunidad en la que presté mi servicio por un ciclo escolar, en donde vivía y dormía toda la semana de clases; fue por más de dos años que cada semana era soñar y soñar, y aún todavía me ocurre esporádicamente, soñaba que llegaba a la comunidad y me decían que ya había otro instructor, lo que me molestaba, pues en mi sueño aún era yo el encargado de la escuela; iba a buscar a ese fulano o perengana y saber qué ocurría, pero nunca lo/a encontraba, o el salón estaba solo o cerrado sin poder ingresar. Paréntesis, generalmente si no en todas las escuelas del Conafe, al ser rurales, cada escuela es de un solo salón y el instructor es a la vez su director operativo. Con tal daño emocional es imposible negar mi devoción, y no, no dejé ningún pendiente, por si les nace ser psicólogos de rancho y sugerir tal idea.

Bueno, tampoco puedo afirmar objetivamente cuál es mejor institución, mucho menos sus resultados; ni entre ellas ni con otras, pues son ajenas en cuanto a sus objetos sociales y actividades. Son complementarías en cuanto buscan resolver necesidades, así cada una tiene su razón de ser y hacen su parte, como se define la sociedad por división del trabajo. Cada organización civil tiene un propósito en equidad de importancia que el resto, pues así como se requieren organizaciones que procuren la educación, también se ocupan organizaciones contra el cáncer, la diabetes, el hambre, la drogadicción, el alcoholismo, la discriminación, la guerra; en favor de los derechos humanos, de los animales, del ambiente natural, social, la paz, etc. Alguien tiene que hacer algo, y una no puede hacer los que las otras.
Pero algo tiene la Cruz Roja, el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y Media Luna Roja que es prácticamente indiscutible: por algo es la organización humanitaria más grande del planeta, presente en cientos de países como ninguna otra de carácter civil, con el mayor número de voluntarios; reconocido su emblema por los miles de millones de personas que identifican su labor y su confianza. Por algo la gran mayoría de países independientes están adheridos a él, sus convenios, sus principios, sus acciones humanitarias.    

Como buen mexicano y leonés reconocí tempranamente la Cruz Roja, creces con ella, pero como todos, de la manera equivocada. Primero usando su servicio de urgencias, tanto el hospital y su ambulancia por una tunda que le pusieron a mi hermano. Después mi mismo caí en ella por una picadura de alacrán que tuve el primer día de clases en la comunidad que fui como instructor del Conafe (!!). Como todos en principio, crees que la Cruz Roja tiene algo que ver con el gobierno, y que se dedica únicamente al servicio médico y de ambulancia. Fue hasta que estuve en otra de las mejores instituciones del mundo, el Instituto de Física de la Universidad de Guanajuato, que charlando con la enfermera de la escuela, le manifesté mi inquietud por saber algo sobre medicina, sobre primeros auxilios, y fue esa gran mujer quien me inspiró y recomendó me acercara a la Cruz Roja. Y así fue. Hablé por teléfono y me dijeron que había dos tipos de cursos y que habría una junta para que me explicaran cada uno. Y así fue también, fui. Diez años después aquí estoy relatando lo extraordinario que es el Movimiento Internacional de la Cruz Roja, y haber sido voluntario por más de ocho años en él, y casi 2 años con honorarios. Caí muy pronto en sus garras, es imposible no hacerlo, en una institución que por algo también es Benemérita, por lo que hace, por lo que es. Además también reconozco que la persona quien dirigió la junta tiene ese talento parlotero de persuadir y mantener la atención de los oyentes.

Me formé como Técnico en Urgencias Médicas y de inmediato egresé, fui voluntario en ambulancia y en los centros de acopio que me tocó estar por desastres derivados de huracanes. Cada semana iba al menos doce horas a cubrir mi guardia voluntaria en ambulancia, sobre todo los fines de semana. Es inherente decir todo lo que aprendí, toda la experiencia que generé. Y no solo sobre la atención médica de urgencias, sino sobre los desastres y lo que realmente es la Cruz Roja en el mundo, sus principios, su misión humanitaria, su razón de ser: sin dar un discurso de difusión como lo hice en mi labor de coordinador en su momento, en síntesis, el Movimiento Internacional de la Cruz Roja nació en Ginebra, Suiza, en la segunda mitad del siglo XIX, con el propósito bipartito de formar grupos voluntarios para ayudar a los militares heridos en campaña de manera neutral e imparcial a los bandos. Y de establecer reglas humanitarias durante las guerras entre los países signatarios. Fue así como se adaptó la bandera de Suiza invirtiendo sus colores, para que representara a esos grupos voluntarios y sus delegaciones en desastres. Después el Movimiento se extendió también en favor de los civiles, y en los desastres naturales. En época de “paz”, el Movimiento se dedica a la labor asistencial en las poblaciones vulnerables, compartiendo insumos y servicios; y capacitando a la población en la prevención y reacción durante los desastres. ¿Y las ambulancias y hospitales de Cruz Roja en México? Una herencia histórica de la llamada Revolución Mexicana. Meses antes de la guerra se fundó la asociación de la Cruz Roja Mexicana, y más adrede se formaron grupos voluntarios, se improvisaron hospitales y ambulancias, y… se quedaron. Ahora ese pecado original lo estamos pagando muy caro, todos, la institución y la población. Una, porque le es insostenible seguir manteniendo esa labor sin tanto recurso económico. La otra por costumbre, y esa mala percepción de identificarla con lo que no es, y creer que es su obligación. Es una paradoja explicar la existencia y permanencia de la Cruz Roja en el mundo, en México, si no es por lo portentoso de sus principios fundamentales y de sus iniciativas humanitarias que reglamentan las guerras. Pues siempre ha tenido problemas, económicos, operativos, administrativos, desde sus inicios en Ginebra, hasta nuestros días en cualquier parte del mundo. Siempre ha tenido gente con intereses personales o políticos. Siempre ha tenido dirigentes que no tienen la idea correcta del Movimiento, mucho menos que lo vivan como debe ser. Siempre ha tenido gente que abusa del emblema, no solo cayendo en la perfidia, sino siendo hipócrita, traicionando a quien lo formó, obteniendo beneficios a y con su nombre. Muchos son lo que son por Cruz Roja sin darle su equivalente a cambio. Lo más grave, creo, es la indiferencia, ignorancia y confort de la mayoría de su voluntariado ante tan hostil situación. Quizá esto parezca simple, pero vivirlo es literalmente un infierno. Insisto, es lo prodigioso de sus principios, su propuesta humanitaria ante la guerra, y la gratitud que muchos sienten por ella lo que ha logrado su permanencia.
10 años después, en Celaya, Guanajuato, México.
Sus siete principios fundamentales son auténticas columnas de un templo que buscan eliminar el sufrimiento humano, en cualquiera de sus formas. Un genuino amor por el prójimo, incondicional, comprometido, consciente y preparado para ese fin. No sobra ni falta principio, son los que son, son lo que debieron ser. No hay religión en el mundo que pueda presumir los resultados del Movimiento, ni la pasión y celo que genera éste en sus miembros; como en las sociedades. Ninguna. Humanidad, imparcialidad, neutralidad, independencia, voluntariado, unidad y universalidad. Qué religión puede presumir estar en casi todo el mundo, y sin causar conflictos religiosos al brindar su ayuda. Qué religión puede presumir a un voluntariado incondicional, sin buscar Cielo por buenas obras, o temer Infierno por no hacerlas. Qué religión puede presumir esa mentalidad imparcial y neutral con la que trabaja su personal y voluntariado que genera confianza en su emblema por encima de todo símbolo religioso. Qué religión puede presumir personal y voluntariado preparado y organizado para su acción humanitaria, que tienen en la Cruz Roja una plataforma de preparación y superación personal. Qué religión puede presumir el esfuerzo impresionante que hace el Movimiento en su desplazamiento de recursos humanos y materiales, ante un desastre. Qué religión puede presumir ese ecumenismo entre personas con religiosidades diferentes unidas por una misión común. Qué religión puede presumir ser y tener un símbolo protector, y que genera orgullo. Qué religión puede presumir las facilidades que tienen sus miembros en todas partes del mundo que haya una Cruz Roja o Media Luna Roja. Qué religión puede presumir haber unido centenas de países para contrarrestar las guerras, y procurar la dignidad y derechos de quienes están en ellas. Qué dios puede presumir tanta fidelidad como la que le tienen sus voluntarios, benefactores y sociedad por la Cruz Roja.

No es tan simple conllevar esos principios, no ha sido tampoco tan romántico, o quizá sí, entre sufrimiento, abnegación, sudor, hambre, y sangre, por la que pasa el voluntario, que permite que la gente siga creyendo, confiando.

Ha habido cientos de organizaciones que se han originado de la Cruz Roja, pero cuando es por diferencias en los principios u objeto, se le debe respetar. Pero cuando es por razones personales, en el mejor de los casos es indiferente, en el peor, no se le debe respetar mucho menos admirar. La Cruz Roja es una genuina religión en cuanto une a la humanidad, la une con sí misma con lo que mejor tiene de sí. Quizá sea un contrapeso divino o natural contra la misma Religión y sus escasos y contradictorios resultados, pues es la voluntad individual y grupal la que ha defendido y protegido al Movimiento, inclusive de sus propios elementos, pues todos los voluntarios de Cruz Roja en el mundo sabemos el orgullo, compromiso y satisfacción de portar el uniforme, el emblema, y el deber cumplido. El útil servicio es sinónimo de Dios. Seamos todos hermanos, y que todo sea para bien.    

Celoso por Cruz Roja, W.



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