Cada cosa en su lugar... los perrijos.



Comenzaré de manera equivocada generando desacuerdos, gesticulaciones, y quizá antipatía... porque no espero simpatía de nadie, meramente elucubración acompañada de sana voluntad por el bien común.

NO, no, no, los perros no son humanos, no son hijos. Ni ninguna mascota lo es.

Esperen esperen esperen, esperen un poco... tengo 8 perros, 5 machos y 3 hembras, todos/as adoptados, 7 de la calle; y 6 gatos, dos de la calle, y 4 crías de Takataka, derivadas de mi torpeza y negligencia ambientalista que permitió que Takakata saliera de poquianchi, por ese gusto desenfrenado, enfermizo, chillante, y ninfómano por sexo, casi humana (!!!). Pero con todo y todo, amo a cada uno/a, y no es exageración romántica, es genuino amor, mucho menos un ataque en contra de la filantropía y la dignidad-humana, todo lo contrario. Es por la humanidad que he procurado a estas gentes cuadrúpedas, sin contar a los hexápodos y arácnidos que me han dejado convivir con ellos.

Aunque les llamo "niños" cuando les indico algo y lo entienden bastante bien los perros, incluso los gatos, y en variadas ocasiones los he llamado "mis hijos", "perrijos" o "canhijos", es por razones de simple comunicación y seguir la corriente de manera inofensiva en ciertos contextos cuando se trata este tema. Pero en ninguna ocasión con la intención de humanizarlos, no les deseo tanto mal, son más buena gente que la gente.

Y esto último es lo que me ha llevado a darles el lugar que les corresponde, creo, pero definitivamente no humanos, no hijos.

Hey, hey hey !! Pero tampoco quiero originar una peyorativa idea de subestima para complacer la antropocentrista idea de papás y mamás, sobre todo mujeres, que al ver mi y nuestras expresiones y la forma de referirnos hacia nuestras mascotas pareciera tentar contra la dignidad-humana, enfatizando ellas la "superioridad" y complejidad de criar un/a niño/a a un perro o mascota. Que los médicos, que su educación, que los valores, que su trascendencia, que los proyectos de vida, que su compañía, bla, bla, bla... No, no, no, nooo, NO, si bien, repito, un perro no es un humanito, la complejidad de su compañía no es una bagatela,  ¡ni que fuera tan fácil como comer enchiladas! Tienen su valor, tienen su lugar e insisto también, que los perros son más buena gente que la gente, demostrado en la Literatura, Música, Antropología, e Historia.    

Mucho mucho menos quiero infraestimarlos como los concursos de belleza y destreza principalmente en el Reino Unido de la Gran Bretaña, encabezados por el Kennel Club, que terminan deformando el cuerpo de los perros en contra de la sana Evolución, y Creación de Dios. Menos consentir las peleas "clandestinas" de perros, como tampoco hacer festivales para comer carne de perro, como ocurre sobre todo en China en el solsticio de verano, y en otras partes de Asia. Si bien sí cruzaría razas, pero para fines prácticos. También permitiría peleas de perros, pero con el fin de proteger un principio mayor, la vida de un/a humano/a que ame, por ejemplo. Y también comería carne de perro, como estadísticamente todos los mexicanos que comemos tacos lo hemos hecho. No me espanta, ni estoy en contra de costumbres en otras regiones del mundo, de comer perro, lo haría siempre y cuando sea justificado, o de manera ignorante al acudir con el taquero. En México por ejemplo, durante la "Revolución Mexicana" se comió tanta carne de perro por la escazés de comida que originó la guerra, que casi se extinguen los perros mascota, pues la gente y los soldados, saqueban las casas con tal fin, incluyendo a los perros, ¿no sabían?  

Por ejemplo, y algo que confirmó mi sentimiento y mi razón fue parte del Baghavata Purana, libro sagrado de la India y el brahamanismo, en donde en uno de sus cientos de cantos, adoctrina con la sagrada y pragmática enseñanza de "avatares" como el elefante, el mono, la rata, y el perro:

1) Se ha demostrado la singular simbiosis entre el hombre y el perro, entre otros animales, desde la Prehistoria: testimonios orales, escritos, simbólicos y en música, sobre esta extraordinaria relación.

2) Ha quedado patente la fidelidad de un perro, digna de la más alta gratitud y loor, muriendo por su "amo" aun en estados de inanición severa. Acompañando a su "amo" en los sepulcros. Nadie te recibe como tu perro ni te despide como él, ni tu madre, ni tu padre, ni tu novia, ni tu novio, ni tus amigos/as, NI tu hijo/a... seas pobre, rico, carpintero, ingeniero, artista, científico, religioso, ateo, popero, rockero, estés enojado, contento, triste. Tu perro jamás discernirá en ti lo que un hijo/a sí.

3) Un perro se adiestra en semanas, es más, en un año, pero un humano, tu hijo, ¿cuánto tarda en educarse, si es que lo logra?

4) Un veterinario es tan caro como un pediatra, los que no tenemos lana, tememos ir tanto a uno como a otro. Y más todavía, la impotencia de comprender qué enferma a un perro, es tanta como la que se siente con un/a bebé.

5) Tu perro te desvela como un hijo. Te hace desmadre como un hijo. Te causa nostalgia, inocencia, sonrisas, sustos, como un hijo. Se mete al baño y le vale madre el olor interrumpiéndote, como un niño.

6) Tu perro ve fantasmas como un niño, tiene ese con-tacto sobrenatural y protector. 

7) Un perro no tiene amigos imaginarios con qué lidiar, son muy reales, son humanos.

8) Los perros se estresan y hacen pendejadas como un hijo con déficit de atención. También requieren tu atención y que pases tiempo con ellos, como un hijo sin amor.

9) Los perros le hacen menos daño al mundo, que los humanos, que estadísticamente lo hará un hijo.

10) Probabilísticamente habrá más perros que pasen a la historia, que el/a hijo de alguno/a que esté leyendo esto. La probabilidad de que un hijo sea intrascendente, indiferente, e irrelevante para la sociedad y la Historia es tan alta, que la compañía de un perro los/as puede consolar.

11) Los perros detectan el cáncer y otras enfermedades, los hijos-niños no.  

Un perro no es un hijo, no solo es un hijo, el perro, mis perros, son mis hijos, mis padres, mis hermanos, todo a la vez. Son mis hijos en cuanto a lo delicado que es cuidarlos como un niño, nos enseña el valor de la responsabilidad. Son mis padres, en cuanto protegen mi patrimonio y mi persona, enseñándome el valor de la gratitud. Son mis hermanos, en cuanto a la equidad termodinámica en el universo, en cuanto entienden mis emociones, en cuanto me dan su consuelo, haciendo graciosadas, echándose en silencio al lado tuyo, moviéndote la cola, buscando jugar contigo, enseñándote el valor de la amistad.

Gracias brothers, nos veremos en el Paraíso, esperando que a Diosito no se le haya pasado ese detalle de juntarnos. Muy buen día, muy buen sexo, y que todo sea para bien.

Perro, W.
    

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