Don perfecto, siempre quieres tener la razón... ¡qué modesto!

 
Querido diario:

Por cuadragésima vez en mi vida adulta, ¿o centésima?, me lanzaron otra pedrada anti-imperfección. Algo como suele ocurrir, me bloquea de extrañeza, pues no entiendo cuál es problema en buscar la perfección y tener la razón. ¿Cuál? ¡Dímelo!

Es difícil hablar con alguien de conceptos diferentes, como si en mi mundo y su mundo lingüístico, "dinosaurio" tuviera significados distintos, algo asi como si para ellos, esa palabra diera a entender "anciano", en lugar de los animales que vivieron en las otras eras geológicas. Siendo sustituido el concepto, por su metáfora.

En esa estadística a tientas que llevo, otra expresión ha sido prostituida en los valores populares, torciendo el valor original y auténtico que le da sentido:


1) Sí, hay gente tan terca. Pero este defecto obedece al sobreorgullo o incapacidad de relacionar conceptos.

2) Sí, hay gente peor, la metiche soberbia, que busca vanagloria. Y esto obedece, que me corrijan los que saben, de déficit de atención o complejo de inferioridad.

3) En toda filosofía, se busca la perfección. Que si mal, en algunas el ser humano está condenado a la imperfección, aún así, admite que el deber es la perfección, discerniendo el deber del ser.

Toda religión, al menos las más grandes, buscan la perfección del hombre, ya sea para que agrade a la divinidad, o porque es parte de ella y debe portarse como tal; o por su propio beneficio ante el mundo.

Toda filosofía busca perfeccionarse, por más pesimista que sea, lo busca.

La Ciencia y la Tecnica, buscan perfeccionar su conocimiento, como su eficiencia.

El mecanismo de la adaptación, busca perfección en alguna variable, para que el individuo o especie, sobreviva al medio, de forma indefinida y estacionaria.

Con estas razones, buscar la perfección es algo natural, como un deber o realidad religiosa. distinguiendo el ser perfectible, del ser perfecto, que es imposible este último para los entes.

4) La discusión, vista por la gramática, es un "análisis o comparación" sobre alguna cuestión que admita otros resultados posibles. Y esto sucede constantemente en la vida diaria. Y no a los pleitos e insultos en los que degenera. Esta comparación de ideas o juicios, busca lo mejor de algo, es decir, perfeccionarlo. Con la finalidad de eficientar procesos o mejorar la calidad. Por lo que, tener la razón, buscar la razón, es un proceso natural en la comunicación, para mejorar algún resultado.

El problema no es tener la razón, siempre tener la razón y buscar la perfección, ¿a caso quieren decir conscientemente, que es es bueno errar adrede? El problema es el abuso que sea hace al extender los puntos 1 y 2, y subestimar o prescindir del valor de los puntos 3 y 4.

Terco es aquel que se aferra a la misma idea con los mismos razonamientos. No admite otros por sobreorgullo, o por incapacidad intelectual.

Pero si, el acusado presenta y se esfuerza por ello, en mostrar más de un argumento, no es terquedad, sino perseverancia.

En este caso, el acusador resbala en su propia acusación, pues es incapaz de apreciar variedad de argumentos, que confunde conceptos, siendo terco en acusar falazmente.

Si se identifica la sobreestima como defecto, es el que se debe resolver primero, antes que la discusión que lo generó. De lo contrario, desgastará tiempo espuriamente convencer alguien que no quiere ser persuadido.

Los soberbios metiches, o tienen complejo de inferioridad o déficit de atención, que el mecanismo de defensa busca salvaguardar su dignidad en contra de sí mismo, de lo que él cree de él.

Si el acusado, no fue metiche, ni comenzó presumiendo en la discusión, es modestia válida. Y no falsa modestia, como mucha gente suele confundir con alarde. Si el acusado debió participar en una discusión, porque las circunstancia lo exigía, o peor, se le solicitó su juicio, valerse de logros o éxitos, para reforzar la discusión, es válido, pues demuestran el orgullo y esfuerzo por aquello que se conquistó, y que puede fundamentar su argumento. La modestia, no es mala por definición, es sinónimo de humildad, y la plebe por repetir como pericos, la ha revolcado.

Y esa, en esencia, es la otra gran tacha social, repetir frases sin premeditar su significado. Como si ser perfecto fuera pecado mortal, o error alevoso. Como si tener la razón fuera un agravio para la humanidad, discriminación; y ser en algunas ocasiones, irracional intencionalmente, en contextos formales, fuera saludable.

Es por eso querido diario, que la razón, más que un don, es una maldición impuesta por Dios o la vida, que se manifiesta haciendo tecnología, ciencia, o causando revoluciones, para terminar crucificado por los beneficiados.

Hasta mañana... 

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