¡Ya no te quejes! Hay gente que está
peor que tú, deberías dar gracias por eso.
Esta expresión y sus paráfrasis, es de
las más hipócritas y conformistas en la esclavitud contemporánea. Generalmente
en labios de gente alienada, corrupta, cómplice de injusticias, o que tuvieron
la suerte de nacer en pesebre.
¿En verdad el hecho de que haya personas
en circunstancias peores debería anular nuestro reclamo? ¿Ese hecho invalida
nuestros derechos de justicia, equidad o igualdad?
Las personas alienadas son incapaces de
percibir la paradoja y contradicción en la que viven; y obviamente es casi
imposible que estén leyendo esto como comprenderlo si lo estuvieran haciendo; pues
ya sea la religión, su situación política y/o económica, han nublado sus
sentidos, acorralándolos a un conformismo en donde Dios o las circunstancias
los han puesto, y deben asumir su condición de manera estoica.
Si siempre habrá alguien más jodido,
nadie, nadie debería realizar el mínimo reclamo, nadie, en ninguna
circunstancia ni por ninguna razón, nadie. Pero los hechos, de valor supremo
ante la suposición, nos indican que la gente sí reclama por muchas cosas: por “el
cambio”, por los impuestos, por el sueldo, por la atención médica, por
garantías, porque llueve, porque no llueve, porque medio llueve, porque no pasa
el bus, por fraudes electorales, por las casas blancas, por la educación, por
los perros, por los gatos, por las cucarachas, por la humedad, porque no hay
“de tu punto”, porque falta mucho, porque es muy poco, porque es diciembre,
porque sí, y claro si tiene novio, por todo. Es decir, la sabia persona que te
exhorta al conformismo, ha perdido todo derecho, todo, de quejarse por
cualquier cosa.
Más todavía, ¿quién es el más jodido del
mundo? ¿Quién será ese Bienaventurado que sí tendría el derecho de quejarse
porque no hay nadie peor que él o ella? La búsqueda es imposible en más de 7
mil millones de personas, siempre se caerá en un círculo vicioso en donde
aparecerá alguien más jodido: discapacitado, desahuciado, paupérrimo y viejo,
quizá africano, latino, americanista, o pitochico. La paradoja de ser el
dichoso de ser el misérrimo, imposibilita su existencia, Lógica de primeros principios.
Es imposible un estado de total
injusticia y maldad, ni el mismísimo Satanás estaría conforme todo el tiempo,
toda la eternidad, ni Hitler, ni Napoleón, ni el Papa, ni Alejandro Magno, ni
san Martín de Porres, ni Marie Curie, ni Steve Jobs, ni los Rostchild, ni los
Beatles,…nadie. O sea, tenemos el total y natural derecho de quejarnos, y por
cualquier pendejada.
Eso sícierto, hay mamadas espurias que
es pusilánime y patético hacerla de pedo, pero eso depende en mucho del control
de la cerrazón, y sobre todo de las emociones, que son las que frecuentemente
humillan cualquier intento de dialogo racional. En pocas palabras, no la hagas
de pedo por todo, y si lo vas hacer, que valga las penas.
Los corruptos, poco pendejos, mucho
gandallas, usan esta manipulación psicológica para resignar a los votos más
vulnerables. Con el “antes estaba peor”, o “hay alguien peor”, enmudecen
cualquier intento de reclamo, enajenan sus derechos.
Además de los maloras, aquellos que
siempre han tenido el soporte de un mecenas, generalmente los papitos o los
abuelitos, ante la desgracia de no haber experimentado en carne propia las
necesidades más elementales, tienden a minimizar las desdichas ajenas, aunque
ellos sí reclaman de forma sonámbula.
“Dios aprieta pero no ahorca”, es quizá
el aforismo social judeocristiano más sadomasoquista inconsciente, pues de
forma automática, sin pensarlo claro está, menguan todos los contextos aciagos.
Chingue su madre la pinche vieja que se queje por la esclavitud sexual por la
que fue secuestrada, al menos tiene vida, y hay alguien que la está pasando
peor. Ingrato el pinche niño mutilado y esclavizado para trabajar en las minas
en África, si supiera que hay personas en peores condiciones. Que no mamen los pinches
desplazados de Medio Oriente, al menos tienen salud. Huuuuy sí, se queja porque
no tiene seguridad social ni prestaciones, y porque le pagan el mínimo; al
menos tiene trabajo el pinche quejoso. Estas pinches personas mal agradecidas
no se dan cuenta que Diosito nos pone pruebas, pero jamás nos ahorcará en ellas
!!!
La Termodinámica como la Economía,
bueno, y la Biología, saben algo con certeza: la suerte de uno descobija la de otro,
la gracia de uno es desgracia para otro. Es imposible que todos estemos bien, y
mucho menos, al mismo tiempo. Si tú tienes el empleo, es porque los otros no
tuvieron “suerte”.
Criticar a un desgraciado, es como
patear a alguien que cayó al piso. Criticar y mitigar sus problemas no
solucionada nada. Ya deja de decir tarugadas por favor, y ayuda, y si no
ayudas, no estorbes.
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