Capacitador en Protección Civil, Seguridad e Higiene
Ex Paramédico Voluntario en Cruz Roja León, Gto.
Ex Coordinador de Voluntariado en Cruz Roja León
Representante de la Alianza de Paramédicos y Rescatistas del Estado de Guanajuato
"Tanatólogo"
Mx 21.12.2024
Foto tomada de redes sociales sin permiso |
Hasta hace poco al expresar mi desprecio a los Estados Unidos de América, enfatizaba a su gobierno, a sus políticos, demócratas y republicanos, pues es raro quien crea que son buenas personas, honestas, patriotas, serviciales, resolutivas; todo lo contrario hipócritas o peor cínicos, como Donald Trump. Son pocos los políticos que son bien vistos por mucha gente como Trump, sí Trump, es bien visto entre derechistas y conservadores, por su "transparencia", "sinceridad" y "nacionalismo", aunque los demás vemos que aquellos están sugestionados y por ende confunden el cinismo de Trump con "honestidad", y conveniencias empresariales con "nacionalismo". Ante tal alienación es imposible dialogar con esta gente afectada. Bernie Sanders entre personas con perfil de izquierda, es muy estimado, pero obviamente detestado por trumpistas y simpatizantes republicanos.
Pero reflexionando con más profundidad, el desprecio se extiende también al pueblo yanqui, ya no solo a su gobierno, ¿por qué? No es por gusto, menos por "orgullo", y por supuesto pagan justos por pecadores, pero si los USA han invadido tantos países, castigado financieramente otros, chantajeando y amenazando a todos, solo es por que su pueblo lo ha permitido por décadas, su pueblo a consentido tanta maldad, han sido cómplices del imperialismo. Insisto, pagan justos, pues sin duda hay gringos que desprecian a su gobierno por mucho, más que yo; aman a su nación pero odian a sus políticos hasta el fondo de su alma, y si no por los mismos motivos que yo, por otros más.
Siendo 19 de diciembre de 2024 no sé si Luigui Mangione es culpable del asesinato del CEO de Unitedhealhtcare, pero todo parece apuntar hacia él. Lo raro para los conservadores e hipócritas gringos es que no es un clasemediero o jodido, su familia es de baro y él tiene buena reputación y educación, y claro, blanco. ¿Por qué entonces mataría al CEO alguien así, según los hipócritas medios gringos? Alguien que no tenía problemas en pagar un seguro médico, ¿haciendo justicia por los jodidos? Y por aparente tal contradicción de ser blanco, rico, universitario y Robind Hood, no queda para otros que afirmar: es un terrorista.
Si no sabemos cómo funciona nuestro sistema de salud mexicano, menos el yanqui, pero tenemos idea por testimonios, películas, series, en donde sabemos que es carisísimo acudir a un médico y no se diga a un dentista. Que los jodidos son los que tienen un seguro médico público en hospitales de gobierno, y los que ganan por arriba de cierto sueldo están "obligados" a un seguro médico privado, y al parecer los patrones cubren algo pero no todo, o como aquí en México, lo evaden. Por un lado hay que pagar un chingo y por otro no todo lo quiere cubrir la aseguradora, situación muy complicada para los ciudadanos clase media baja y baja, que obviamente son la gran mayoría. Cuentan que con el Obamacare el seguro público daba acceso a mucho más personas de clase media alta y les daba más derechos, lo que enfureció al sector privado de la salud, pues les quitó clientes y los obligaba a cubrir cosas que antes no, hasta la llegada de Trump que eliminó esa reforma sanitaria, ¿para qué se enferman? Si no tienen dinero, no se enfermen, porfa.
Muchos somos testigos igualmente por testimonios de pochos, turistas y ciudadanos gringos, su migración a México para consultas, cirugías y dentistas, hasta por medicamento, que o no pueden conseguir o es muy caro en USA, sale más barato viajar a México y obtener el servicio de salud privado, claro.
Algo importante de notar es que esos yanquis no se quejan o no tanto por la calidad del servicio médico y dental en México, por eso vienen, por eso regresan.
El "turismo de salud" es sabido en algunos lugares como Turquía en Europa, o India en Asia, mucha gente viaja de varias partes de Europa y Asia para ir a esos países que ofrecen buen servicio y mucho más barato que en sus países.
En México también hay "turismo" pero no es calcado, hay quienes vienes a Guanajuato, o van a Jalisco, o a la CDMX, o a otros estados, pero no por el servicio, sino por un profesional en particular que es recomendado por alguien cercano. Lamentablemente todos tenemos qué viajar a CDMX a la "zona de hospitales" pues allí están los hospitales que concentran la mayor investigación en el país, no lo hacemos por gusto, no es turismo, es una mala planificación del sistema sanitario que nos obliga a pescar un lugar.
Ventaja de México es la venta libre y obvio la corrupción, el robo de medicamentos en hospitales públicos que permite traficar con ellos. Las tiendas son un referente médico, en donde el tendero es un médico o farmacéutico improvisado y hasta confiable para recomendar fármacos. O la morra de las cadenas de farmacias que te habla cuál es mejor medicamento. Una vez en un curso de Primeros Auxilios un morro me dijo que él se encargaba de dar medicamentos en su trabajo porque trabajó en una farmacia, no es obvio pero sí me burlé de este falso argumento, claro que no solté la carcajada de humillación, sino la risa inquisidora usando ejemplos que comprobaban a todos que él no tenía idea de por qué en ocasiones se da paracetamol para una cefalea y en otras no, y no era por gusto, sino por Ciencia y Experiencia que se obtienen con más de un lustro tal vez más de una década.
Dicen que (la protección de) la Salud es un Derecho Universal, un Derecho Humano, es un idealismo izquierdoso, que por supuesto comparto. Sin salud el humano no es funcional, más que por obligación, al empresario, al patrón le conviene tener empleados sanos y tiene qué pagar por ese garante, pues siempre será más caro curar enfermedades y lesiones, aunque algunos todavía no cachan esa lógica y la evidencia. Al Estado le conviene un ciudadano sano, prefiere un contribuyente que un beneficiario de subsidios. Solo a egoístas farmacéuticos les conviene la gente enferma, pero poquito, que les permita seguir comprando y sigan funcionales, no conviene gente incapacitada o muerta. A las aseguradoras "obviamente" tampoco les conviene la gente enferma pues hay qué pagar las atenciones. Estamos de acuerdo que la aseguradora debe exigir (y aportar) promoción de la salud doméstica, vial y laboral, y que no poca gente abusa de los servicios, pero también debe pagar lo que corresponde, y si no lo hace obviaspinchemente nos quejaremos, pues la sanación quedará pendiente o peor, llegará la muerte, y si pago por ello y de forma obligada, no es algo que nos mantendrá tranquilos, en unos casos habrá resignación, en otros demandas, y posiblemente la venganza como último recurso.
Sin venganzas, sin disturbios, ni los medios ni el gobierno hacen caso, o reprimen, revictimizan o resuelven, es un albur, pero sin ese albur, no habría cambios.
Hacen falta venganzas y disturbios contra el IMSS y el ISSSTE, solo un cínico o un sugestionado derechohabiente defenderá tan ignominiosas instituciones a las que estamos obligados en mantener y acudir. Si bien repito y reconozco que hay muchísima gente que abusa de la enfermedad, que maltrata a su cuerpo a lo pendejo sin darse cuenta que su enfermedad nos afecta a todos, pero eso no exime la responsabilidad a los institutos de contar con los equipos, medicamentos y personal profesional y cálido, y para esto sobran inconformidades desde hace unas 3 décadas. Estoy de acuerdo en "privatizar la salud" no como los yanquis, sigamos pagando como siempre, pero que ya no nos obliguen a ir al pinche IMSS o al ISSSTE, que nos permitan elegir seguros, clínicas y hospitales, claro, bajo la supervisión del Estado y el gobierno. Eso no solo desahogaría los hospitales públicos y nosotros podríamos ir a un médico particular cercano, obligaría al IMSS/ISSSTE a mejorar sus atenciones o morir ante la competencia.
Es obligatorio reconocer que el común de las personas abusan de su derecho tácito a la enfermedad, es decir, a ser negligentes o peor autolesionarse adrede conscientes de las consecuencias, aunque las subestimen como improbables. Si no la mayoría todos lo hacemos en mayor o menor grado, yo lo hago por supuesto, pero evito el cinismo, como presumir que me encanta el alcohol, el refresco, los carbohidratos, el tabaco, las drogas como lo hacen muchos incluyendo "profesionales de la salud"; o trato de no perder ante la ignorancia contra los remedios populares y terapias alternativas (homeopatía, temazcales, holística, hueseros, chamanes, hechiceros, mandas, conspiraciones, etc.), principalmente. Es obligatorio no caer en el idealismo izquierdista del derecho a la salud en donde el Estado debería ofrecer gratuitamente el servicio médico y hospitalario, y claro, de excelencia; debería eliminar todos los corporativos que ofrecen productos dañinos, en un mundo utópico cual Atalaya de Testigos de Jehová. Es obligatorio reconocer que en nuestro sistema económico mundial que es liberal, aunque seamos heterogéneos entre derechas, izquierdas, monarquías, democracias, dictaduras, procomunistas, proneoliberales, y otros simulacros; la salud y la enfermedad son un negocio, un negocio que nos da empleos, nos da ingresos y no todos son el Diablo, por ejemplo el caso más frecuente, un médico particular en su pequeño consultorio está lejos de ser un apóstol del infierno por muy mal practicante que sea, ese sería u problema aparte.
Como capacitador en Protección Civil que comparte conocimientos en Primeros Auxilios Médicos y Psicológicos, Prevención y Combate a Conatos de Incendios, Evacuación y Repliegue de Inmuebles, Antiderrames de Sustancias Químicas Peligrosas, acepto que la Protección Civil es inherente o tutora de la Salud Pública y Laboral. Acepto que vivo de lo que cobro por hacer lo anterior (pero también exigiré que se reconozca mi servicio social al respecto), es mi medio laboral para vivir, mi negocio, presumiendo que si bien "no es mi vocación definitiva" soy de los pocos en el mundo que le pagan por lo que hace por gusto, hasta lo haría gratis como muchos servicios y cursos que he donado, pero el liberalismo también me exige pagar por comer y servicios, por eso cobro - lo justo. Esto lo menciono no por arrogancia sino para regresar al caso gringo, en donde muchos colegas son más mercaderes o mercenarios de la salud como centros de capacitación, revenden cursos precisamente de gringolandia para formar paramédicos o "actualizar" médicos y enfermería, pero es más venta que vocación, pues defienden violentamente el sistema gringo "de primer mundo que ya quisiera México", cuando con tales afirmaciones para quienes sabemos comprobamos o su ignorancia o su frivolidad, pues defienden un sistema altamente criticado en todo el mundo y por sus propios ciudadanos; subestiman los fracasos del gobierno yanqui al prevenir, mitigar y auxiliar en desastres y emergencias mayores que tienen cada año, y no se diga incendios forestales y tornados, son costumbre. Su epidemia de drogas ilegales, sus asesinatos multitudinarios, fugas de químicos, intoxicaciones hidro-alimentarias, obesidad, diabetes, cardiopatías, ... tienen más problemas que América Latina, pero sus películas y series que tanto nos gustan alienan todo lo anterior y nos hacen creer que son los chingones y pues no. Esta ficción es la que venden mis colegas y lo más pinche es que los burócratas también sugestionados, nos obligan a tomarlos como evidencia curricular. Traficantes de cursos y prevención gringos, altamente cuestionables, que me permite afirmar que venden más por negocio que por preocupación por la salubridad.
Yo no asesinaré a ningún CEO o Director de aseguradoras o el IMSS para exigir buena atención médica o venganza por no obtenerla, mi lucha hasta hoy ha sido en asesorar en exigir sus derechos, en combatir los mitos mediante las capacitaciones y las redes, dando una buena atención prehospitalaria y no ser cómplice en redes sociales de mis conocidos y amigos que promueven vicios y adicciones, pues como "tanatólogo", a diferencia de mis colegas, sí reconozco culpas en los dolientes, contradiciendo el acompañamiento esperado dogmáticamente.
No sé si la salud es un derecho o un privilegio, pero nos conviene a todos, a empresarios, a las familias y a los gobiernos, porque con salud hay producción, con salud hay ventas, con salud hay consumidores, con salud hay contribuyentes pagadores, con salud hay sonrisas, sin salud todos perdemos.
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