Primer acto: un wey madrea a su esposa por n-ésima vez.
Segundo acto: lo trepan los puercos y lo encarcelan ante la denuncia.
Tercer acto: su doñita lo deja pa siempre.
¿Cómo se llama la obra? Lógica teórica psico-social. Pues en la práctica sobran quienes den el perdón y regresen al martirio que las llevará a la santidad en poco tiempo.
El buen mariado se pregunta: "¿por qué me pasa esto? ¿Por qué me encierran ches puercos!"
En ninguna de las lógicas suceden estas interrogantes, ni en la teórica ni en la práctica. Bueno, sí, llega a pasar en la segunda, aquellos que se sienten dueños y señores de su consorte se quejan por algo que es natural o normal en su costumbre !!!
Superando esta patología cultural y mental, de inmediato se tiene una respuesta al desdichado e intrigado golpeador: "¡ps no mames! ¡Casi la matas cabrón! ¡Nada más por eso wey! Serían respuestas inmediatas y lógicas, válidas moralmente hablando, pero lo "más correcto" se sustenta en la Ley. Por Ley como Pacto Federal y Estatal es delito maltratar en todos los sentidos a una mujer, no se diga ponerle una madriza y hasta matarla.
Allí está la razón de su detención, que no está sujeta a una "ilógica" y que obtiene respuesta inmediata, si no es por inmoralidad es por Ley, caso cerrado.
Pero, en muchas ocasiones no hay respuestas inmediatas y mucho menos "lógicas".
"Las cosas suceden por algo"
Pues, ¿lógico no? Lo acabamos de apreciar con el teatro anterior. Sin embargo se conspira que no siempre se tienen respuestas o soluciones inmediatas ni menos lógicas. Pero eso sí, siempre, siempre surge la inquietud inmediata y vehemente de por qué suceden las coasas de esa forma. Quema el no saber y no tener una solución o respuesta ante la "ilógica". La incertudumbre, los fracasos, que no puedas obtener algo o que pierdas algo, nos impulsa de forma natural e inmediata una respuesta o solución a lo que nos intriga. "Pero ¿por qué?" Nos preguntamos... ese "pero por qué", espera alguna solución in-mediata ante la "ilógica" del suceso. En la obra presentada se mostró una línea lógica creo incuestionable. Y por esa misma lógica podemos concluir que ante algo aparentemente ilógico y que nos afecta exigimos una solución inmediata, y entre más nos dañé, más pronto y efectiva la queremos.
Si esto es cierto, decir "todo tiene una razón" o "las cosas suceden por algo", son pleonasmos, redundan la cuestión del doliente. El afligido ya se preguntó "por qué me sucedió esto", y que alguien diga: "todo sucede por algo", es un círculo vicioso que lo menos que hace es responder la interrogante. Lógico que todo tiene una razón de ser, pero cuál es esa razón para salir del problema que aqueja al damnificado, lo más rápido posible. Luego entonces, no es recomendable solo decir que todo "obedece una razón". Peor todavía:
Religiosa o místicamente muchos también aluden dos respuestas que son igual de resolutivas para los problema mundiales:
1) El [pre]destino. Y
2) Dios.
Es decir, no resuleven nada. Son tan ambiguas como las locuciones antes citadas.
La obrita teatral del prinicipio tiene una lógica evidente, al menos así lo intencioné; pero la realidad muestra obras muy complejas en donde encontrar la lógica de las causas de los efectos indeseables, pueden parecer incontrables, y por lo mismo, desgastantes. Ese desgaste conlleva a determinar que "no tiene lógica" y como de costumbre desde milenios, los sucesos ilógicos se los achacamos a la magia, el [pre]destino, los dioses o los demonios. Ya no queremos buscar más, no es que ya no haya más, ya no se quiere, pues es cansado y más aún, se teme encontrar algo que empeore las cosas.
¡Ey! Advierto para los prejuiciosos, no estoy en contra de Dios, pero se debe advertir y reconocer, la falicidad para echarle todos los milagritos a Dios, el diablo o el [pre]destino. Es demasiado fácil decir que Dios, la brujería, o cualquier otro ente o fenómeno sobrenatural son las causas de todo lo que nos sucede, y no estoy dispuesto a creerme títere, violando el principio religioso de albedrío. O soy un títere o no tenemos albedrío. No son las únicas opciones afortunadamente, el resto está en buscar meticulosamente qué fregaos pasó.
En algún momento la regamos y el orgullo suele esconder muy sagazmente la causa. Pregúntenle a los sicólogos si no.
En este caso en particular, debemos con todo nuestro pesar superar ese orgullo para desvelar la respuesta ignota aparentemente inexistente.
En otros, habría que ser muy buen estadístico para revisar todas las variables posibles, y que en muchos casos exige el apoyo de nuestra gente cercana de confianza o de profesionales, para apreciar cosas que quizá seamos incapaces de valorar.
Si al final, pero al final ¿cómo saber cuándo es el final? No queda de otra que aceptar a la Sherlock Holmes: cuando se han eliminado todas las posibilidades, la única que queda tiene que ser la verdadera, aunque sea sobrenatural.
La más sencilla y que cierra mi caso es: todo lo que me pase y me afecte, es por pendejo, no hay más.
Racional, W
P.D. Generalmente se confunde "destino" con "predestinación". Religiosamente "predestinación" se entiende como la voluntad preestablecida e inmutable de la divinidad sobre la vida humana o del mundo. No se puede modificar. En cambio, "destino" en este contexto, es el desarrollo de los acontecimientos con final concreto e irremediable al que se llega por nuestras acciones. El destino depende por muy intransigente que sea, de lo que hagamos. En la predestinación vale madre lo que uno haga, pasa por que así se fijó desde la eternidad.