El
problema del aborto, es un tema por demás interesante. En principio es
un reto para el conservadurismo religioso cristiano, máxime
católico. Este problema es una evidencia
del paralelo moral entre la Ley mexicana y la moral cristiana, pues no hay justificante por parte del cristianismo-católico, en desencadenar una guerra santa pro-moral, pues la Ley NO invita ni mucho menos obliga al aborto. Simplemente lo permite. De invitar u obligar a tal acto, sin duda alguna causaría una vorágine intelectual y material en todos los niveles, donde no solo el catolicismo sería el principal insurgente, hasta su servidor tomaría las armas.
del paralelo moral entre la Ley mexicana y la moral cristiana, pues no hay justificante por parte del cristianismo-católico, en desencadenar una guerra santa pro-moral, pues la Ley NO invita ni mucho menos obliga al aborto. Simplemente lo permite. De invitar u obligar a tal acto, sin duda alguna causaría una vorágine intelectual y material en todos los niveles, donde no solo el catolicismo sería el principal insurgente, hasta su servidor tomaría las armas.
Este
reto para el cristiano-católico, para la jerarquía eclesiástica,
es evidenciar que no pueden confiar en sus jóvenes, que no pueden
confiar en la efectividad de su catequesis. De otra forma, esa ley, ese
reto, corroboraría para su gusto, la certidumbre de su fe, de sus
creencias. La realidad, no sé si con gusto o con tristeza, es todo lo
contrario.
Además,
esta increpancia cristiano-católica, evidencia también, en materia
biológica, que la Vida busca protegerse de cualquier forma.
W
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